Dragones, mazmorras y orgullo: un lugar para ser quien eres

Esta es nuestra carta abierta de apoyo y compromiso con la comunidad LGBTIQ+, porque en cada partida hay lugar para la autenticidad, el respeto y el orgullo.

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6/1/20253 min leer

Los juegos de mesa, el rol y el hobby en general son espacios de imaginación, aventura y comunidad. Son mundos donde cualquier cosa es posible, y donde cada persona debería sentirse bienvenida, respetada y libre de ser quien es.

Por eso, en este mes —y durante todo el año— queremos expresar con claridad algo que sentimos profundamente: nuestra admiración y apoyo total a la comunidad LGBTIQ+.

Sabemos que no todas las personas han encontrado en sus mesas de juego un espacio seguro. Sabemos que, incluso en comunidades que celebran la diversidad en la fantasía, muchas veces se reproduce la discriminación de la vida real. Contra eso queremos posicionarnos. No solo desde el rechazo a la exclusión, sino desde la construcción activa de un lugar donde todas las identidades, expresiones y orientaciones sean parte fundamental de la historia que compartimos.

No hay comunidad más rica, creativa y valiente que la LGBTIQ+. Nos inspiran su lucha, su arte, su presencia constante en las mesas y en las narrativas que construimos juntos. Sabemos que el orgullo no es una fiesta aislada ni una fecha comercial. Es una respuesta humana y necesaria ante años de invisibilización y violencia.

Queremos que se sepa: Metajuego es y será siempre un espacio donde el respeto no se negocia y donde la diversidad no solo se acepta: se celebra.

Pero también sabemos que no siempre ha sido fácil.

Sabemos que muchas personas queer han sido empujadas fuera de las mesas, de los clubes, de las conversaciones. Que se han tenido que callar frente a bromas incómodas, aguantar miradas, justificar su lugar. Sabemos que hay quienes creen que la inclusión es "forzada", que la diversidad es una moda, que la mesa de juego no es un espacio para hablar de estas cosas.

Y frente a eso, queremos ser muy claros: si tú crees que no hay espacio para la diversidad en las mesas de juego, entonces quizá un juego donde puedes ser quien quieras ser no es el lugar para ti.

Los juegos nos han enseñado, desde siempre, que podemos ser mucho más de lo que somos en el mundo cotidiano.

Magic: The Gathering nos invita a encarnar cientos de formas distintas, razas, culturas y colores. Podemos ser un elfo, un dragón ancestral, una planeswalker con poder infinito… y aún así, lo que define nuestra fuerza es cómo jugamos, no cómo lucimos.

Dungeons & Dragons nos enseña que podemos ser quien queramos: una ladrona con pasado misterioso, un bardo que salva el día con una canción, un guerrero que lidera sin pedir permiso. En esos mundos, el único límite es la imaginación —y cuando esa imaginación es libre, nacen las historias más poderosas.

Vampire: The Masquerade nos habla de identidades fluidas, del poder, del deseo, del conflicto entre lo que somos y lo que el mundo espera.

Cada juego, desde sus reglas, nos propone una posibilidad: ¿y si el mundo fuera distinto? ¿Y si pudiéramos vivirlo desde otra piel, con otra voz, con otra historia?

Y entonces, si los juegos ya nos permiten soñar con lo que podríamos ser… ¿por qué no permitirnos ser también quienes realmente somos, sin miedo, en la vida real y en la mesa de juego?

Porque el rol, los juegos de mesa, la fantasía en general, no son solo entretenimiento. Son espacios de creación, de expresión, de comunidad. Y no hay comunidad sin respeto. No hay fantasía que valga la pena si en ella solo caben los mismos de siempre. No hay mundo mágico que sea justo si excluye a quienes existen, luchan y aman en el mundo real.

La inclusión no ocurre sola. Se construye, se defiende, se practica.

No es solo cuestión de qué dice el juego, sino de cómo jugamos. ¿Hay espacio para todos los cuerpos, géneros y experiencias? ¿Estamos dispuestos a escuchar? ¿Corregimos con cariño, pero con firmeza, cuando algo no está bien?

¿Por qué siempre el paladín tiene que ser blanco y heterosexual? ¿Por qué no una tiefling trans con un pasado complejo y una voz firme? ¿Por qué no imaginar mundos que ya no repitan las mismas exclusiones de siempre?

Si alguien nos dice que algo que hicimos o dijimos fue hiriente, nuestra primera respuesta no debería ser defendernos, sino comprender. Aprender a hacerlo mejor. El juego también es aprendizaje.

Pocas cosas son tan poderosas como la fantasía. En ella probamos posibilidades. Ensayamos futuros. Nos atrevemos a imaginar otras formas de vivir, de amar, de ser. Y cuando lo hacemos en comunidad, esa imaginación se vuelve acción.

Nuestro compromiso es seguir aprendiendo, escuchando y mejorando. Nos alegra cada vez que una persona entra a nuestra tienda y siente que no tiene que esconderse, explicarse ni justificarse. Porque en cada partida, en cada dado lanzado, en cada historia contada, hay una oportunidad de construir un mundo mejor —uno que ojalá sea más justo y más libre que el real.

Gracias por seguir creando, soñando y luchando. Este es su espacio, su mesa, su aventura también.

Porque no hay juego más épico que el que jugamos juntos, con orgullo.

Con amor,
El equipo de Metajuego Store 🏳️‍🌈